miércoles, 17 de noviembre de 2010

Las mujeres y Los gatos

Los egipcios fueron la primera civilización que tuvieron una relación cercana con el gato, como determinan las primeras inscripciones que se remontan al 2130 a. C., durante la XI dinastía. Ellos notaron la fuerte afinidad entre el gato y la mujer, no es casualidad cuando el gato se convierte en divinidad, hacia el 1575 a. C., representara a la diosa Bastet, con cuerpo de mujer y cabeza de gata, protectora de la casa y la fertilidad. Bastet, hija de Isis, diosa del sol, de la luna y de la tierra era tan femenina que se la identificaba con trajes largos y elegantes, con provocadores escotes, con hermosos bordados y el cuello adornado con perlas.
Cleopatra se pintaba los ojos imitando las líneas curvas oscuras naturales de los ojos de su gata, seducida ella misma por la fascinación de la mirada felina.
La lista de afinidad entre una mujer y el gato es amplia, como comunicarse sin palabras con largos silencios y profundas miradas aquello que siente su corazón, los gatos son susceptibles y, como las mujeres les gusta ser cortejados con graduales y delicadas aproximaciones, cada gato es único en su carácter y no hay otro igual de carácterísticas idénticas, tienen una multiforme personalidad, una clara y explícita, otra misteriosa, inaccesible, voluble.
Es probable que por todas estas afinidades y otras, que exista una mayor amistad entre el gato y las mujeres, aunque hay excepciones a la regla, existen mujeres que no le gustan, como hombres que tienen buena relación con ellos, pero muchas veces, en el momento de acoger un gato en la familia es la alianza de la mujer con los niños que vence la sospechosa resistencia del marido, aterrado por tener que enfrentarse en la casa con otro universo.... femenino.
"Permanece libre y permanece sólo si quiere..., es el gato quien adopta las personas, que las elige..., como la mujer", escribe Camilla Cederna.
Sensualidad, seducción, fascinación: atributos del gato como de la mujer, criaturas temibles e inabordables y al mismo tiempo adorables, capaces de impulsos generosos, de lánguidos abandonos, de ardores repentinos, de falsas fugas, de ingenua malicia, de irresistibles caprichos, de celos intensos y de despechos repentinos y sombríos.

Todo gato, igual que la mujer puede pasar de la más exquisita amabilidad y gentileza a la más feroz crueldad y agresividad

Dualidad, misterio y sensualidad: caracteres que alimentan la comparación entre la mujer y gato en la imaginación del hombre.

sábado, 13 de noviembre de 2010

gatos y cultura egipcia

Egipto, misterios insondables,...Quién no se ha sentido alguna vez atraído por su magia, se ha maravillado ante la magnificencia de las Pirámides, de la Esfinge, rostro humano con garras de león, y ha sentido la vibración espiritual en sus divinidades, las cuales tuvieron la más diversa representación y fueron muy variadas llegando a conocerse más de tres mil. Inicialmente eran propias de cada tribu, y luego a medida que el país se fue unificando las divinidades más importantes fueron alcanzando carácter nacional.
Muchas de estas divinidades fueron zoomorfas, es decir, tuvieron la forma de animales, así Anubis, Dios de lo Muertos, tenía cabeza de chacal; Khnum, Dios Creador del Hombre, tenía cabeza de carnero; Horus Dios - Sol de cabeza de halcón, era una de las grandes divinidades del Valle del Nilo; Sekhmet, de cabeza de leona, diosa de la guerra sanguinaria y cruel.
Entre esta serie de divinidades, BAST diosa gato, venerada especialmente en el Delta del Nilo, también conocida como Ousbastis y Bastet, fue representada como una mujer, con cabeza felina.
Su ciudad, Busbastis, que significa "mansión de la Diosa Bast", llegó a ser capital de Egipto en su momento de mayor esplendor, siendo el edificio más importante de la ciudad, el templo dedicado a la diosa.
El culto al Gato, aparece en el Antiguo Egipto alrededor del año 2900 A.C., y según la mitología la diosa gata Bastet, defendió al Dios - Sol Ra contra los ataques de la serpiente Apofis, una de las deidades del mal hija y esposa del propio Ra.
Fue diosa de la guerra, de la fertilidad, de la alegría, de la maternidad, la fecundidad y otras virtudes femeninas, además de guardiana del hogar y feroz defensora de los hijos.
El simbolismo de BAST y su culto, fueron complejos, por un lado representaba la energía del sol etérea, cálida y vivificante, siendo esta su parte evidentemente femenina; de otro lado, la conexión con el culto a la luna, proveniente de la parte misteriosa y amante de la noche, propia de los gatos.

El Gato Sagrado de Bast, es asociado con la Diosa Bast, representada con figura humana y cabeza de gato.
La natural gracia y quizás las cualidades maternales del gato, sugirieron a los egipcios algunos aspectos de la Diosa.
Esta estutua esta ubicada entre el 664 - 525 A.C., Ultimo Período de la Dinastía 26.

Fue realizada en Bronce, con una altura de 26,4 cm.

Dios BASTET

BASTET
Esta diosa se presentaba como una mujer con cabeza de gato o como un gato. Representa la personificación de los rayos calientes del Sol y ejercía sus poderes benéficos. Encarnaba los aspecto pacíficos de diosas peligrosas como Sacmis, que expresaba las cualidades maléficas del Sol. Como ojo de Atum, estaba asociada a la luna y protegía los nacimientos y a las embarazadas de las enfermedades y los malos espíritus.

Gatos Egiptos

       Según tenemos constancia, el culto al gato aparece en el Antiguo Egipto alrededor del 2.900 a.C. como una deidad local en el Delta del Nilo. Así, la diosa gata Bastet defendió al dios sol Ra contra los ataques de la serpiente Apofis, una de las deidades mas representativas del mal. Hija y esposa del propio Ra según algunas mitologías, Bastet era amén de protectora de la familia y patrona del hogar, una diosa de la felicidad, el placer, la alegría, la feminidad, la música, y la danza. De hecho la consideración de este animal fue siempre tan alta, que en el capítulo XVII del Libro de los Muertos se pone en boca de Ra las siguientes palabras: "Yo soy el gato cerca del cual se abrió el árbol Iched (un árbol al que se identifica con la persea o la balanita) en Heliópolis la noche en que fueron destrozados los enemigos del Señor del Universo".
       Aunque su importancia fue siempre notablemente destacada, durante la dinastía XXII (formada por un conjunto de reyes de origen libio) se adoptó a Bastet como divinidad principal, motivo por el que es conocida como Dinastía Bubastita, al haber convertido en capital del país a Bubastis, (nombre cuyo significado es "Mansión de la diosa Bastet"). Fue en esa época cuando se trató de fusionar su culto con el de la diosa leona Sejmet, un hecho que ni el clero ni el pueblo permitió negándose a aceptar una unión de diosas tan opuestas, ya que mientras la primera simbolizaba el amor y la alegría, la segunda era una diosa de la guerra y la destrucción de enemigos.
       Para el desarrollo del culto a Bastet los sacerdotes solían escoger un gato con unas características muy especiales el cual era adorado y venerado como si de la encarnación de la diosa se tratara. Asimismo -y a nivel popular- en ciertas fechas solían celebrarse unas procesiones al anochecer durante las cuales una imagen de la deidad era transportada en barcas ricamente adornadas con guirnaldas de flores y alumbradas por antorchas, al tiempo que se cantaban todo tipo de alabanzas en su honor. Cuando se llegaba a tierra firme se celebraban unas fiestas orgiásticas que duraban hasta el amanecer.
       Los antiguos egipcios nunca dieron al gato un nombre especialmente significativo, sino que prefirieron llamarlo por su onomatopeya: Miw. Respecto al trato corriente que daban a estos animales cabe decir que era tan especial que cuando uno de ellos caía enfermo recibía tantos cuidados y atenciones como los que se daban a los niños, y si a pesar de ello moría, toda la familia se vestía de luto hasta el punto de que en algunos casos se afeitaban incluso las cejas en señal de duelo. A continuación el dueño del felino envolvía el cadáver en un paño de lino, llevándolo sin demora a "La Casa de la Purificación" para que fuese momificado, proceso que llegaba a durar hasta 40 días, y con el que eran tan meticulosos cual si se tratara de un ser humano. Tras lo anterior las familias ricas colocaban sobre la cabeza de la momia una máscara de bronce, (representando al animal fallecido), y lo introducían en un ataúd o sarcófago que podía estar confeccionado con materiales que iban desde la palma o el papiro hasta la piedra caliza. Por último lo conducían al cementerio seguido por un largo cortejo de parientes y amigos de la familia, quienes manifestando su profunda tristeza lloraban desconsoladamente al tiempo que con gesto desesperado desgarraban sus vestiduras, dándose incluso el caso de que quienes gozaban de un nivel económico suficientemente solvente llegaban a contratar plañideras profesionales que como muestra de dolor echaban tierra sobre sus cabellos y arremangaban sus túnicas dejando el pecho al aire.
 Como es lógico y natural el cementerio de gatos más grande de todo Egipto estaba precisamente en Bubastis, un lugar al que acudían gentes de todo el país para dar sepultura a sus queridos felinos. Sin embargo este intenso tráfico de personas hizo que la picaresca decidiera sacar partido de tan excelente oportunidad de hacer negocio, lo que llevó a que algunos comerciantes carentes de todo escrúpulo se dedicasen a criar gatos en granjas especiales, gatos que llegado el momento y en función de la demanda eran "piadosamente sacrificados retorciéndoles el cuello". Tras ser momificados, sus restos eran vendidos a los peregrinos para que los llevasen como ofrenda al santuario de la diosa Bastet. De hecho, por medio de estudios radiológicos llevados a cabo hace algunos años se ha podido comprobar mediante el análisis realizado a cierto número de momias de gatos que aproximadamente el 90 por ciento habían muerto entre los cuatro y los diez meses de edad, por lo que considerando que la duración normal de la vida de estos animales puede estar en torno a los 12 o 14 años, resulta evidente que en una proporción más que elevada debieron morir por causas "poco o nada naturales".
       Paradójicamente, a pesar de lo anterior las leyes sin embargo prohibían expresamente tanto el perseguir como el matar a los gatos, a tal punto que si alguien era responsable de la muerte de uno de ellos corría el peligro de llegar a ser condenado nada menos que a la pena capital.
       Como último dato curioso diremos que en 1.859 fue descubierto en Beni Hassan (desgraciadamente por un grupo de ignorantes desaprensivos) un cementerio con 300.000 gatos momificados, quienes tras llevarse las momias a Alejandría, las machacaron a conciencia, vendiendo con posterioridad el polvo resultante como abono a Inglaterra. De esta forma más de 20 toneladas de momias de gatos perfectamente conservadas durante siglos fueron adquiridas por campesinos ingleses al precio de 4 libras la tonelada.